El Instituto de Investigación Masira de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la Universidad de Santander (UDES) lideró un estudio que detalla cuáles son los factores de riesgo que generan enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en países suramericanos.
El análisis hace parte de un estudio internacional en el que participan aproximadamente 25 mil personas en Suramérica y cuyos resultados mas relevantes acaban de ser publicados en la más importante revista médica de cardiología, el ‘European Heart Journal’, en la que se examinaron los 12 principales factores de riesgo relacionados con enfermedades cardiovasculares. (Leer estudio aquí)
¿Qué encontró el estudio?
Patricio López Jaramillo, rector de la UDES y autor principal de la publicación, explicó que el estudio describe las especiales particularidades de las enfermedades crónicas no transmisibles en el continente suramericano, detallando los factores de riesgo que, en nuestras propias condiciones geográficas, socio-económicas y étnicas, contribuyen a la presencia de cáncer, infarto del corazón y derrames cerebrales.
Destaca por ejemplo que, a diferencia de otras regiones del mundo, en Sur América existen diferencias en las causas de muerte entre hombres y mujeres, siendo el cáncer la primera causa de muerte en las mujeres mientras en los hombres las cardiovasculares continúan siendo con mucho la principal causa de muerte. Las razones para este comportamiento están siendo determinadas dada la importancia para establecer las conductas preventivas mas adecuadas y, de ser necesario, diferenciadas por sexo.
Además, resalta cómo los factores socioeconómicos influyen en el proceso de salud y enfermedad, señalando que la mayoría de muertes ocurren en áreas rurales en comparación a las zonas urbanas. “Por ejemplo, antes no se había descrito que cocinar con combustibles sólidos como leña y carbón aumentan el riesgo de muerte cardiovascular”, comentó el investigador López Jaramillo.
También se determinó que entre las causas que más propician la aparición de las enfermedades cardiovasculares se encuentran la hipertensión arterial (18.7%), la obesidad abdominal (15.4%), el consumo de tabaco (13.5%), la pérdida de la fuerza muscular (5.6%) y la diabetes (5.3%). El experto aclaró que el factor “pérdida de fuerza muscular” se refiere especialmente a la sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular que sufren las personas con el envejecimiento, especialmente las sedentarias y quienes no tienen un adecuado acceso a alimentación de buena calidad, la que incluye el necesario consumo de proteínas de origen animal .
A falta de educación, mayor mortalidad
La investigación determinó que en América del Sur la principal causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares (31.1%), seguido del cáncer (30.6%) y las enfermedades respiratorias (8.6%), juntas representan más de dos tercios de las muertes en el continente.
El tabaquismo, la hipertensión y el envejecimiento son factores que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por cualquier causa. “Los fumadores, los adultos mayores y personas con menor estatus socioeconómico son quienes están en mayor riesgo de tener un evento cardiovascular y de morirse por cualquier causa”, afirmó López Jaramillo.
Precisamente, el líder del proyecto recalcó que la falta educación es un indicador de estatus socioeconómico que tiene relación con cualquiera de las mencionadas causas de mortalidad.
“Mientras más baja es la educación, tienes menos posibilidades de tener un buen trabajo, un buen salario y acceder a servicios como la salud. Los bajos ingresos por falta de un trabajo estable van a afectar el acceso de la gente a una alimentación de buena calidad”.
Buenos hábitos y atención oportuna salvan vidas
El rector López Jaramillo considera que la clave para combatir las enfermedades cardiovasculares es la prevención y advierte que debe darse desde el inicio mismo de la vida. “Una madre mal nutrida dará a luz a un chico con un peso bajo para la edad gestacional, niño que tiene menos células productoras de insulina, menos tejido cardíaco y renal y menos masa muscular, este niño que en el futuro esta expuesto a consumir comida de mala calidad rica en carbohidratos procesados y ultra procesados, va a desarrollar una composición física con mas tejido graso que muscular y va a tener mayor riesgo de desarrollar, obesidad, hipertensión y diabetes”.
Por este motivo es importante que desde pequeños se implementen hábitos saludables como realizar actividad física frecuentemente. “No se debe fumar en ningún momento de la vida. Si erradicamos totalmente el tabaquismo y damos una buena posibilidad de acceso a una dieta saludable, que incluya el consumo de proteínas animales como leche, huevos y carne, frutas y verduras, vamos a prevenir la obesidad, la hipertensión, la diabetes y otros factores de riesgo”.
Igualmente, una atención oportuna es fundamental para evitar la muerte. “Tenemos intervenciones farmacológicas para reducir la posibilidad de un evento cardiovascular una vez que hemos detectado tempranamente que la presión arterial está alta o que los lípidos están alterados. Es posible controlar los factores de riesgo, esto lo llamamos prevención cardiovascular primaria”. Esto es lo mejor y debería ser priorizado por los sistemas de salud en América Latina
Sin embargo, si ya se ha presentado un infarto o accidente cerebrovascular, actualmente y gracias a los adelantos científicos y tecnológicos, tenemos un alto porcentaje de pacientes que sobreviven al evento agudo, pero que necesitarán un manejo muy riguroso con medicamentos que le permitan mantener más años con calidad de vida. Esto es lo que denominamos prevención secundaria y en cuyo desarrollo Bucaramanga, la UDES y la FOSCAL han participado activamente en estudios que han permitido el desarrollo de estrategias terapéuticas novedosas como la poli píldora.
Para el caso del Bucaramanga y el área metropolitana, López Jaramillo destacó la infraestructura y la calidad del talento humano con que cuentan los centros médicos de la región para atender estas emergencias. “Hemos logrado disminuir la mortalidad por estos eventos. La expectativa de vida en Colombia está en casi 76 años para hombres, gracias a que hemos mejorado el control de los factores de riesgo. Antes no se controlaban y hoy tenemos acceso a tecnologías que nos permiten tener una recuperación luego de eventos cardiovasculares que antes eran mortales”.
Fuente: Universidad de Santander
Fecha de publicación: 28 abril, 2022
Deja un comentario